Jakub Halik sufrió
la extirpación de este órgano hace cuatro meses para ser sustituido por dos
bombas sin válvulas cardiacas que no producen pulsaciones sensibles al tacto.
GUSTAVO
MONGE / EFE / PRAGA _ día 28/06/2012 - 19.17h
El checo Jakub Halik es el primer hombre del
mundo que sobrevive desde hace casi cuatro meses sin corazón,
después de que el suyo fuera extirpado para ser sustituido por dos bombas sin
válvulas cardiacas y que no producen pulsaciones sensibles al tacto.
El
paciente, un bombero de 37 años, tenía un tumor maligno en el corazón, y la
única alternativa que se le ofrecía en lugar de un trasplante inmediato era la
implantación de las bombas, una que manda la sangre por la aorta, y la otra a
los pulmones.
«Está
contraindicado hacer un trasplante cuando hay en el corazón un tumor maligno»,
porque los medicamentos para evitar el rechazo de un órgano extraño apoyan el proceso
tumoral de las células, explicó Jan Pirk, el cardiólogo que ha realizado la
intervención.
Halik fue
operado el pasado 3 de marzo, en una intervención que duró más de siete horas.
Una experiencia anterior fallida
Antes que
él, esta novedosa técnica sólo se había practicado a un hombre de Texas
(Estados Unidos), que sin embargo falleció poco después.
El equipo
médico considerará exitosa la operación «si el tumor no se extiende y si el
paciente sobrevive hasta que le hagamos un trasplante de corazón», declaró
Pirk.
«Por eso debemos esperar todavía
entre seis y nueve meses», precisó el cardiólogo delInstituto de
Medicina Clínica y Experimental de Praga (IKEM).
«El
paciente no tiene pulso sensible. Se creía que sin esto no se puede vivir, y se
ha mostrado que sí se puede vivir sin pulso», afirma Pirk con visible orgullo.
Lo más
costoso fue fijar la presión de bombeo de cada uno de los dispositivos, pues la
sangre que va a los pulmones debe tener menor presión para que éstos no se
irriten.
Cargar las pilas bajo los brazos
El único
inconveniente es cargar con las pilas bajo los brazos, «al igual que James Bond
lleva las pistolas», bromea el cirujano, que se ha convertido en una estrella mediática en su país.
Los
acumuladores no se ven, no pesan mucho y duran entre 8 y 12 horas, mientras que
el equipo regulador se lleva como una riñonera.
En el caso
de Halik, las revoluciones están fijadas para una actividad normal, no para
correr, hacer deporte ni subir por una escalera. «No es capaz de reaccionar al esfuerzo»,
aseveró Pirk.
Los
primeros intentos de bomba artificial colocada fuera del cuerpo para apoyar al
corazón durante cortos períodos de tiempo datan de la Segunda Guerra Mundial y
se utilizan desde 1953.
El primer implante de bomba
El primer
implante de bomba se hizo en 1968, si bien «no se ha llegado (a uno) tan
desarrollado como éste hasta estos últimos diez años», cuenta Pirk, candidato
al galardón «Cabeza checa», el más prestigioso en la esfera de la ciencia y la
tecnología en el país centroeuropeo.
La calidad
de vida tras la operación tiene una limitación:«No pueden nadar, sólo ducharse.
Pueden jugar al golf, o al ajedrez, pero seguro que no pueden correr un
maratón», explica el médico.
El coste
se eleva a los 80.000 euros por unidad, a lo que hay que
agregar los gastos de la operación, lo que deja toda la intervención en unos
250.000 euros.
Esta
cantidad es, a pesar de todo, bastante más asequible que la que supone
implantar un corazón artificial, y además este sistema debería tener, según el
experto, una vida útil mucho mayor.
Cuando la
bomba se utiliza como apoyo del ventrículo izquierdo -es decir, sin que extirpe
todo el corazón- hay pacientes que viven con ella al menos siete años.
Son ya
cien los dispositivos que, desde el año 2003, se han implantado en el
prestigioso instituto médico praguense.
Tomado de:
http://www.abc.es/